Comprar o adoptar un carlino, al igual que cualquier otro animal, nunca debe ser un capricho, supone una gran responsabilidad. Tendremos que valorar concienzudamente si disponemos del tiempo necesario para nuestra mascota. Unas líneas más abajo volveremos sobre este tema.
Ahora nos gustaría tratar brevemente de esta estupenda y maravillosa raza que es el Carlino. Cualquier persona que lo tenga os dirá que con el paso del tiempo más lo adoran y llega a crear dependencia. A los Carlinos les encanta estar rodeados de seres humanos incluso a algunos de ellos les gusta ver la tele a falta de otro entretenimiento más divertido.
Es un pequeño, que no diminuto, perro de compañía, pero con un enorme corazón y con aspecto de aristócrata. Adorable y cariñoso, sin embargo, no empalagoso. Afable incluso con aquéllos que no son sus propietarios.
Estupendo como compañero, tranquilo y dócil, pero que de vez en cuando presenta episodios de “ataques carlineros” en los que da muestras de su enorme sentido del humor. Siempre tiene ganas de hacernos reír.
No requiere de mucho ejercicio físico y debemos controlar su dieta, pues son muy glotones y tienden a engordar en demasía. Como todos los braquicéfalos, hay que tratar de evitar exponerlos al sol cuando hace mucho calor.
Volviendo al tema del inicio, debemos tener en cuenta que conviviremos con nuestro Carlino muchos años y que su supervivencia y bienestar dependerá en gran medida de nosotros, sus cuidadores.
Si llegamos a la conclusión de que podremos prestar la atención necesaria a nuestro Carlino, entonces el primer paso y el fundamental será buscar a un criador con mayúsculas de esta raza.
Habitualmente, él nos hará más preguntas a nosotros, compradores, que nosotros a él. No pondrá impedimentos e incluso agradecerá que vayamos a ver la camada así como a los padres de los cachorrillos. También le gustará conocer en directo a los futuros dueños de la cría. Nos entregará el carlino en perfectas condiciones y, personalmente, con una edad aproximada de unas 11 semanas, con su pasaporte y sus vacunas en regla y, generalmente, con el microchip ya puesto. También nos facilitará una fotocopia de la inscripción del cachorro en el L.O.E. (Libro de Orígenes Español) como prueba de que posteriormente podremos tramitar el pedigrí. Nos regalará un paquete de la marca de pienso que ya estará comiendo el cachorro y, en ocasiones, también algunos juguetes, cama, comederos...
Un buen criador queda comprometido con los compradores para el resto de la vida del cachorro, asesorándoles ante cualquier duda que les surja y aconsejándoles lo que él consideraría apropiado hacer, dada su experiencia, en cada momento.
Pon un Carlino en tu vida, seguro que no te arrepentirás.